Osho
¿Cómo si no hubieran podido surgir tantos libros? Si
tienes algo que enseñar, entonces con uno o dos libros tienes suficiente. Por
eso es por lo que puedo seguir hablando eternamente, porque no tengo enseñanza
alguna. Toda enseñanza más tarde o más temprano se agota; yo no puedo ser
agotado. No hay principio ni fin … siempre estamos en medio. No soy un maestro.
No soy el discípulo de nadie. No pertenezco a ningún sistema de creencias. Amo
a toda le gente de cualquier parte del mundo y nunca los comparo entre sí.
Todos son únicos:
Un zarathustra es un Zarathustra, un mahavira es un
mahavira, un Buda es un Buda, un Jesús es un Jesús, un Moisés es un Moisés… son
únicos en un grado tal que no deberías convertirlos a cada uno en un criterio
con el cual la gente ha de encajar. Para ser franco contigo, cosa que
normalmente no soy, no sé quién soy. El saber no es posible aquí donde estoy.
Solamente queda el que conoce; lo que se conoce ha desaparecido. Solamente
queda el continente, el contenido ha dejado de existir. No soy un filósofo. Recuerda
siempre que soy un poeta, no un filósofo. Recuerda siempre que no soy un
misionero, sino un músico tañendo el arpa de tu corazón. ¡No soy serio! Lo que te estoy diciendo
proviene de mi juguetonería. Es más un cotilleo que un evangelio. ¡Yo estoy
loco, pero tú estás más loco! Y ésta es la única conexión entre los dos: yo
estoy loco, tú estás más loco.
Y para mí, la mejor frase que el gran maestro pudo
haber dicho, y lo que me hizo comprenderlo después de un tiempo, con sus controversiales
discursos y dichos fue: “Se me ha malentendido quizás más que a ninguna otra
persona, pero eso no me ha afectado por la sencilla razón de que no existe un
deseo de ser entendido. Si no entienden, es su problema, no es mi problema. Si
me malinterpretan, es su problema y su desgracia. No voy a dejar de dormir
porque millones de personas me malinterpreten.”
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